Hace poco escuche un programa de
radio a un conductor hablaba de marginalidad sin desparpajo, eso llamó poderosamente mi atención, pues en los últimos tiempos escuchar a un
comunicador social dirigirse a las personas a través de la radio nacional y las tratarlas como marginales me sorprendió sobremanera.
Su explicación al uso de la
palabra fue bastante elocuente y perspicaz, aquel conductor hacia uso del término
para referirse al venezolano que actúa al margen del la ley, por lo cual aclaraba que no se es marginal por vivir en una zona popular como hemos pensado en
mucho tiempo, todo lo contrario, marginal es aquel que -viniendo de donde venga -
se salta las normas, las leyes, actúa sin ningún tipo de escrúpulos, pasa por
encima de los demás sin importarle nada ignorando cualquier daño que pueda
cometer al otro.
Sin embargo, la marginalidad va mucho mas allá y se enquisto en el comportamiento de nuestra sociedad, nos hemos marginalizado, desde el punto de vista político nos
dirigen una cuerda de marginales sin vergüenzas, la ineficiencia y la corrupción
desbordó nuestro sistema político desde todos los niveles. Y aún así, lo mas alarmante no es el
comportamiento del régimen, sino la actitud del venezolano
que también se marginalizó, nos transformamos en unos copistas de
excelsas cualidades, a tal punto que los monjes medievales de la cristiandad
envidiarían lo bien que le ha salido a nuestra sociedad copiar los comportamientos
marginales de quienes ejercen el poder.
Profundizamos los vicios
del pasado, adoptamos la corrupción en todos los niveles,
somos responsables del colapso de Venezuela desde todo punto de vista, y si hoy usted busca un culpable
mírese en el espejo, mire a su esposa, a su madre, padre, su hermano, su
hermana, su cuñado, el compañero de trabajo, el señor de la panadería, el que
limpia tu oficina, el obrero, la enfermera, el estudiante y el maestro, el que
cruza la calle, tu vecino; en fin todos y cada uno de los que hoy vivimos en Venezuela
y también los que migraron, somos de alguna forma
responsables del colapso de nuestro país.
Somos la
sociedad de los mas vivos, en la que “sino te pones las pilas pierdes", donde el camarón se duerme y se lo comen. Justificamos nuestro comportamiento al margen
de las leyes que nadie respeta, los funcionarios públicos usan la Constitución como papel de baño, el sistema no funciona y tampoco la sociedad, tarde o temprano por más correcto que sea nuestro
comportamiento, terminamos cediendo frente a la “palanca”, al “dame pal
refresco”, para resolver un tramite legal y es que todo lo que puedas imaginar hoy cuesta
y es una oportunidad de negocio.
Lo que digo no es nuevo, el problema fue diagnosticado hace mucho tiempo y ¿Qué esperamos para actuar? Un Mesías, un Gobierno
nuevo que nos adopte, el "Estado papá" que todo lo provee. En Venezuela es mas
caro comprar un bombillo que pagar el servicio eléctrico, no tenemos agua y exigimos el vital liquido pero se nos olvidó cuando fue la última
vez que pagamos una factura del servicio.
Queremos todo gratis y fácil, soñamos con hacernos ricos sin esfuerzo, de ganar mucho trabajando
poco, de aprovechar lo que Venezuela ofrece porque “yo soy venezolano y me lo
merezco” y ¿Quién paga? Hoy PDVSA que en
el pasado “daba para todo” apenas da para engordar a los esbirros del régimen; Petróleos
de Venezuela importa comida, subsidia la gasolina, la electricidad y el agua,
construye casa, paga los bonos y el salario de los “milicianos” (sin vergüenzas
sin escrúpulos que se vanaglorian cultivando la cultura del vago) y ha
financiado por más de 20 años cuanta cosa pueda llegar usted a imaginar .
Y sabemos que no es algo nuevo el despilfarro de nuestro
recursos, adecos y copeyanos son los abuelos del hoy "Estado
papá" del que todos esperamos: la comida, el dinero, la vivienda, el carro, la
lavadora hasta los cubiertos para comer.
Sería interesante conocer cuantos
pagan impuestos en este país, lo queremos todo sin aportar nada, somos egoístas
e individualistas “mientras yo tenga el de atrás que resuelva…”, “que me pongan
donde haiga”, “si roban los que gobiernan, pues que robe yo no quiere decir
nada”. Marginalidad en su más pura expresión.
Al final esperamos a los
marines y la intervención, la “caída por su propio peso”, para que se
monte otro en el Gobierno y volver a la Venezuela de antes, la del “ta barato dame dos”, la Venezuela
del CADIV de los diez mil dólares para derrochar, para irme a Miami a vivir
como jeque porque soy de la Venezuela Saudí; todo queremos que esto se arregle
para continuar robando porque al fin y al cabo “somos el país
mas rico del mundo que se hunde en la marginalidad”.
>> ¿Dónde está nuestra verdadera riqueza?
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