Después del penoso acto de usurpación en el que Nicolás Maduro asumió de facto la presidencia del país; se esperaba que el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó apareciera y asumiera la presidencia interina de la República tal y como lo contempla el artículo 233 de nuestra Constitución.
Sin embargo lo que ocurrió el pasado 11 de enero a las afueras del Programa de Naciones Unidas de Caracas (PDNU), estuvo muy lejos de ser la juramentación que esperaba la gente que se congregó en aquel "Cabildo Abierto".
No podemos decir que Guaidó no asumió la presidencia interina de Venezuela, de hecho de alguna manera si lo hizo, o por lo menos eso dio a entender; lo cierto es que jamás dijo "yo asumo la presidencia de la República tal y como lo contempla nuestra constitución"; en realidad aseguró que "asumirán la ENCARGADURÍA que contempla los artículos 233 y 333 de la constitución", y muchos se preguntarán ¿Bueno y con eso no basta?
Yo pienso que no, ayer Venezuela esperaba una juramentación con todas las de la ley; y no es que aquí estamos acostumbrados a los viejos cánones solemnes, pero es que el día de ayer Juan Guaidó debió juramentarse tal y como lo demanda la Constitución: Investirse con el poder del Ejecutivo y juramentarse como PRESIDENTE INTERINO DE VENEZUELA, eso de ENCARGADURÍA no es lo mismo ni se parece.
Sin embargo no fue así y es que la jugada del presidente de la Asamblea Nacional está orientada activar de nuevo las protestas de calle y tal vez en una multitudinaria concentración (la que convocó para el próximo 23 de enero) sentir el "respaldo" para tal vez juramentarse como presidente interino pero ¿por qué esperar tanto?.
El respaldo no se pide señores y tampoco surge de la noche a la mañana, y cuando hablo de respaldo me refiero al respaldo popular y al de las Fuerzas Armadas que son indispensables para destrabar esta situación, y es bastante complicado pedirle a los soldados que sufren las mismas calamidades que sufrimos los venezolanos de píe, que se levanten en armas y defiendan la República, subordinándose constitucionalmente al verdadero Comandante General, que es el señor Guaidó, con posturas tan ambiguas como la de ayer.
El llamado no es a "esperar el respaldo de las Fuerzas Armadas para ver si asumo o no asumo" la cuestión es que el señor Guaidó, por demanda de nuestra Constitución es la persona que debe asumir la presidencia interina y ordenar a las Fuerzas Armadas defender a la República de quienes usurpan el poder y punto.
y algunos dirán "pero que ingenua forma de pensar", "creer que los soldados se levantarán con solo pedirlo"; ajá y yo les pregunto ¿será que en este momento, los militares reaccionarán ante la orden de quien esta cumpliendo con una ENCARGADURÍA?
"Pero es que si hace eso lo meterán preso" dirán otros, y yo les digo que aún sin asumir (con todas las de la ley) la presidencia interina, hay rumores que llevan a Guaidó a la Tumba (las de declaraciones de EE.UU. pidiendo protección para Guaidó no son una causalidad), entonces imaginen la posición de Nicolás dando la orden de Meter preso al Presidente Interino de Venezuela reconocido internacionalmente ¿será lo mismo que meter preso al ENCARGADO del país?
Estamos frente a una Narcodictadura señores y hay que tener posturas firmes y sensatas, no se trata de salir desbocado pidiendo las cabezas de todos cuantos existen a favor del régimen y enfrentar pueblo contra pueblo; se trata de investirse de autoridad y mostrarse como una alternativa seria, como una opción con capacidad para asumir las responsabilidades que demandan estos momentos históricos.
Por ahora Maduro transcurre un momento complicado, horas incomodas; no diré que estamos en el "inició del final" (como muchas veces se ha vaticinado), pero el Régimen vive un momento turbulento, ante una voluntad que se ha renovado y se mantiene desde hace mucho agazapada esperando de una conducción política de verdad.
Vamos Guaidó estas a tiempo...
>> ¿Dónde está nuestra verdadera riqueza?
Comentarios
Publicar un comentario