El mega apagón de Venezuela desnudó por completo la incapacidad del régimen para gobernar, algo que se viene denunciando desde hace muchísimo tiempo.
Mientras el mundo tiene los ojos puestos en nuestro país, vivimos el apagón general más largo de nuestra historia reciente. Toda venezuela ha quedado en completa oscuridad durante tres noches seguidas agudizandose la desesperación y la necesidad de quienes están recluidos en los centros hospitalarios y sus familiares.
Lo peor del caso es que cuando "regrese la luz" seguramente celebraremos , cantaremos y continuaremos con nuestras vidas olvidando las noches en penumbra que hemos vivido en pleno desarrollo del siglo XXI.
Nuestra actual crisis eléctrica (que se vienen padeciendo desde hace mucho en el interior del país) debe permitirnos tomarnos un tiempo para reflexionar como sociedad acerca de la nefasta realidad que afrontamos día a día.
En el trascurso de estas horas oscuras, hemos batido el récord a nivel nacional recordándole la madre a Maduro a Mota Dominguez y a todos los voceros y personeros de la dictadura.
No cabe duda de que son ellos los principales responsables de esta y de las tantas otras tragedias que tenemos que vivir diariamente. Dinero que se robaron y no invirtieron, obras que no concluyeron y planificaciones que no se cumplieron, son los factores determinantes que inciden en la precariedad en la que se encuentran nuestros servicios.
Culpar a Maduro de esta desgracia nacional es en definitiva llover sobre mojado (aunque hay algunos por ahí que de comen el cuento del ataque del imperio). Millones de venezolanos saben que Chávez, Maduro y toda su comitiva, transformaron a Venezuela en un país con un Estado fallido.
Por lo tanto, el punto central de nuestra reflexión debe enfocarse en la búsqueda de la cuota de responsabilidad que como ciudadanos tenemos que asumir en todo este marasmo. Debemos una vez más reflexionar acerca de los errores que sistemática y continuamente hemos cometido a lo largo de la historia, para establecer el papel que vamos a jugar como sociedad de cara al futuro, cuando se concrete la inminente salida del régimen y nos toque iniciar la reconstrucción de la Venezuela democrática y productiva que queremos.
Este apagón y todas las desgracias que estamos viviendo son el producto de la formación de un sistema económico cada vez más estatizado y rentista, al cual, le exigimos un eficiente funcionamiento de los servicios públicos pero sin pagar un solo centavo por ellos; relegamos la responsabilidad al Estado de proveernos de luz, de agua, de gas de forma gratuita porque somos un "país rico y nos lo merecemos".
No cabe dudas que estamos a merced de corruptos, ladrones y traficantes y que el dinero (proveniente de la renta petrolera) que debió usarse para el mantenimiento y fucionamiento de nuestra red eléctrica nacional no se invirtió, pero es momento de comprender que no podemos seguir dependiendo del petróleo para mantener subsidiado al país entero.
Vivimos maravillados por el nivel de vida en otros países, envidiamos el óptimo funcionamiento de sus servicios básicos pero ignoramos que muchos de esos servicios (o la mayoría de ellos) son ofrecidos a través de empresas privadas que cobran por su trabajo y por lo tanto velan por el funcionamiento efectivo de los servicios que prestan.
Debemos pensar en Venezuela de cara al futuro. No podemos pretender cambiar a los incapaces del régimen, por otros gobernantes, con la esperanza de que estos si tengan la capacidad de administrar y redistribuir mejor las riquezas para tener energía eléctrica (y otras tantas cosas) a cambio de nada.
Chavez, Maduro y los pelafustanes que lo acompañan rasparon la olla y nos condujeron al camino de la corrupción generalizada, han saqueado y robado todo lo que han podido gracias a que desde un principio renunciamos a nuestras responsabilidades entregándole las llaves del país al mesías de turno con la esperanza de recibir lo que me toca por vivir en el país "con las reservas de petróleo más grande del mundo".
Estos apagones, cortés de agua, falta de transporte, son el resultado de una economía rentista "planificada" e improductiva que relegó todo el financiamiento del país al mercado petrolero, convirtiéndonos en presa fácil de la crisis.
¿Queremos cambiar este sistema generador de miseria por uno productivo que nos permita iniciar el camino hacia la verdadera libertad económica, o pretendemos instalar nuevos actores en el poder para que gestionen mejor al Estado paternalista "y me provean de mi gótica de petróleo al mes".
Pensemos y focalicemos la Venezuela del mañana ¿continuaremos siendo una sociedad "reclamadora de renta" o seremos una sociedad emprendedora y productiva que saque adelante al país?
Libertad es igual a responsabilidad, por lo cual no podemos pretender tener una cosa sin la otra.
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